Otoño: al mal tiempo, buenos libros

25 / 09 / 2014 Daniel Jiménez
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A pesar de las dificultades, el otoño llega cargado de novedades editoriales. Estas son algunas que no hay que dejar escapar. 

Acaban de volver al trabajo y no está bien apabullar a los lectores con demasiada información, pero no está de más recordar algunos de los datos que se han conocido recientemente sobre sus hábitos de compra y lectura de libros. A principios de verano, la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE) presentó un balance que puso en evidencia al sector editorial español. La facturación total en el ejercicio 2013 había descendido un 11,7% respecto al año anterior; acumuló pérdidas de 290 millones de euros en solo doce meses, hasta situarse en niveles de 1994 (mientras que en Francia, por ejemplo, la facturación apenas cayó un 1,5%). Según el último barómetro de la misma federación, los índices de lectura de los españoles han crecido hasta el 63%, pero seguimos estando siete puntos por debajo de la media europea. Paradójicamente somos el país donde más títulos se editan al año (más de 70.000) y donde hay más librerías y puntos de venta (un 14,6% más que las que había en 1999). Para rematarlo, los lectores españoles estamos a la cabeza de las descargas ilegales, puesto que casi un 70% reconoce que no paga los contenidos que lee gracias a la generosidad de Internet. Datos que asustan, cifras que marean y porcentajes que sonrojan.

Asusta la avalancha de títulos que ya han comenzado a cubrir las mesas de novedades pero a lo mejor, si el año que viene queremos empezar el curso con informaciones menos dramáticas, de lo que tenemos que hablar ahora es precisamente de eso: de libros. Coincidiendo con la apertura del curso escolar y la vuelta de las vacaciones, otoño es el momento preferido por las editoriales para publicar sus apuestas más seguras hacia la recta final de año. Por eso cada septiembre se produce una marea editorial, conocida como “la rentrée literaria”, que deja en la orilla varios de los mejores libros del año, unos sencillamente por lo que contienen y otros por lo que presumiblemente venderán. Sin dejar claro cuáles pertenecen a estas dos categorías, la mayoría de las veces tristemente separadas, el lector va a encontrar a continuación una selección de libros y autores que, primero, ayudarán a mejorar las estadísticas de cara al ejercicio siguiente, y después (y más importante) nos mejorarán a nosotros mismos. Porque “la lectura –como ha señalado José Luis Pardo en un artículo preclaro– es mucho más que un entretenimiento privado o una transacción comercial: es un proceso de formación inseparable del proyecto de una sociedad ilustrada”.

Confieso que he leído.

El primer mes de la campaña de Navidad, como se refieren a él algunos editores, no ha podido empezar mejor. Milan Kundera ha abandonado un silencio de varios lustros con La fiesta de la insignificancia. El ligero volumen editado por Tusquets condensa en menos de 150 páginas las señas de identidad del maestro checo: literatura arriesgada, compromiso vital y un fino sentido del humor. Los lectores españoles que no disimulan su predilección por autores extranjeros van a disfrutar con las novedades foráneas que se nos vienen encima. También en Tusquets aparecerán Al límite, la nueva novela de Thomas Pynchon, autor escondido en alguna parte, y Underground, la última de Haruki Murakami, autor presente en todos los sitios. La primera transcurre en Nueva York en vísperas del 11-S, mientras que la segunda nos trasladará al Tokio de los años 90.

La editorial Anagrama se las ha apañado para ir publicando las obras de algunos de sus autores más emblemáticos. El británico Julian Barnes con Nivelesde vida, Yasmina Reza con Felices los felices, el italiano Antonio Tabucchi con Para Isabel: un Mandala, el francés Emmanuel Carrère, por duplicado, con El bigote y Una semana en la nieve, y Hanif Kureishi con La última palabra. Un buen puñado de razones para conjurar la crisis de ventas y mantener el criterio de sus fieles lectores. Alianza ha preparado otro sugerente título de Peter Handke para este otoño, La gran caída, y Lumen ha hecho lo propio con Alice Munro al editar Todo queda en casa. Impedimenta nos ha vuelto a sorprender, esta vez al recuperar la novela de Penélope Mortimer El devorador de calabazas: en palabras de Edna O´Brien, “un libro que todas y cada una de las mujeres que conozco deberían leer al menos una vez en la vida”. Sexto Piso ha conseguido reunir cuatro textos inéditos, incluso en Italia, del reciente ganador del premio Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Claudio Magris.

 

El conde y otros relatos llegará a las librerías en noviembre. Para entonces Seix Barral habrá publicado La estrella de Ratner, un texto de Don DeLillo, inédito hasta ahora en castellano: un escritor que se niega a poner el punto final a su extensa trayectoria. Todavía más sorprendente es que el inagotable autor teatral y premio Nobel Dario Fo se haya decidido a publicar su primera novela, Lucrecia Borgia, la hija del Papa, a sus 84 primaveras, de la mano de la editorial Siruela, que continúa recuperando textos de Italo Calvino y Clarice Lispector, Los libros de otros y La manzana en la oscuridad, respectivamente.

Como puede comprobarse, el mercado editorial español se apoya con fuerza en las traducciones para llamar la atención de los lectores, algo que también nos diferencia del resto de países, donde suelen dar prioridad a sus compatriotas. Por poner un ejemplo, en el mercado anglosajón el número de traducciones publicadas al año apenas supera el 3%. Por ello sorprenden tres de las novedades que presenta el sello editorial B. La primera de ellas, del español Luis García Jambrina, parece destinada a ser un fenómeno editorial. “Aunque parezca mentira –nos asegura Carmen Romero, directora editorial del sello– se trata de la primera novela histórica de entidad que se escribe sobre Cervantes”. En La sombra del otro, el autor no s presenta a un “Cervantes inseguro, humano, que se considera a sí mismo un fracasado”, algo que ni mucho menos encaja con la idea que se tiene ahora de él. Documentada con rigor pero escrita con amenidad, la novela “va a romper muchos esquemas”.

Si tú lees, ellos leerán…

La suerte de los irlandeses es la primera novela de uno de los pocos escritores españoles inmersos en la maquinaria de Hollywood. “J.L. Rod ha escrito una trama a contrarreloj, con un ritmo trepidante, con los mejores ingredientes de la novela negra”, asegura Romero. El autor, quien ya está trabajando en la adaptación al cine, ha escrito un thriller protagonizado por un investigador del CNI sobre los últimos años de ETA. Romero nos previene: “Gran parte de la información que aparece en el libro es real, aunque nos parezca insólita y esté maquillada con las herramientas de la ficción”. Pero, sin lugar a dudas, el bombazo del trimestre será la publicación de Rouco. La biografía no autorizada, que José Manuel Vidal tenía escondida en el cajón esperando que llegara el mejor momento de sacarla a la luz. Y ese momento ha llegado.

Uno de los datos más sorprendentes del informe de la FGEE es el descenso en las ventas de los libros de género policiaco. A pesar de ello, en las próximas semanas veremos en las mesas de novedades a varios maestros del género, como Joyce Carol Oates y su Carthage (Alfaguara), Yasmina Khadra con A qué esperan los monos (Alianza) y Jo Nesbo con El leopardo (Reservoir books). En Destino, Dolores Redondo cerrará la exitosa trilogía del Baztán con Ofrenda en la tormenta, uno de los últimos fenómenos editoriales. Por su parte, Libros del asteroide sigue demostrando su olfato para redescubrir autores al público español. En esta ocasión se trata de un escritor japonés, Seicho Matsumoto, y su novela El expreso de Tokio, uno de los hitos de la novela negra nipona. En Acantilado han reunido en un solo volumen las novelas policiacas que escribió Fernando Pessoa, casi todas ellas inéditas, y que pueden leerse como un genial réquiem para el recientemente fallecido editor Jaume Vallcorba, fundador de la editorial y un verdadero hombre de letras.

Algunos de los autores españoles y latinoamericanos más representativos del panorama literario también presentan nuevo libro. Juan Marsé viaja a la Barcelona de finales de los 80 en Noticias felices en aviones de papel (Lumen). Javier Marías, una vez más, asegura que su última novela, Así empieza lo malo (Alfaguara), es la que más le ha costado y será la mejor de las suyas. Y Luis Mateo Díez finaliza su ciclo sobre Celama en La soledad de los perdidos (Alfaguara). Escritores jóvenes pero consolidados como Jorge Carrión, que ha publicado Los huérfanos en Galaxia Gutenberg, y Sergio del Molino, con Lo que a nadie le importa, que publica Literatura Random House, se enfrentarán, lomo con lomo, con las novelas de Juan Manuel de Prada, Juan Villoro y los cuentos completos de Rodrigo Rey Rosa.

Si tú pirateas, ellos ¿qué harán?

Una de las cumbres de la rentrée será la presentación en sociedad, el 23 de este mes, del libro póstumo de Ana María Matute, Demonios familiares, un libro de amor y traiciones que será el testamento literario de la ganadora del premio Cervantes 2010. También póstumamente aparecerá en Alfaguara Alabardas, los últimos escritos inconclusos de José Saramago sobre el tráfico de armas, en un volumen que contiene además textos de Roberto Saviano y está ilustrado por Gunter Gräss. Otro feliz reencuentro es la publicación de una novela autobiográfica de José Ángel Valente, Palais de justice (Galaxia Gutenberg) y la recuperación por parte de la editorial Zorro rojo de uno de esos libros raros que escribió Julio Cortázar poco antes de su muerte, La puñalada/El tango de la vuelta, precisamente ahora que acabamos de celebrar el centenario de su nacimiento. No podemos olvidar las nuevas entregas de autores de la talla de Ken Follet, Paulo Coelho, David Safier y Javier Sierra que, a falta de otros argumentos, a buen seguro servirán para reequilibrar la balanza de gastos e ingresos en sus respectivas empresas.

Decíamos ayer que, como acaban de volver al trabajo, no está bien recordarles a los lectores que las cosas no han mejorado mucho desde que se fueron. En el citado artículo de José Luis Pardo, el autor aseguraba que “la razón fundamental por la que la lectura va tan mal es que a nadie –sobre todo a nadie de los que mandan– le ha importado nunca demasiado”. Xavier Mallafré, presidente de la FGEE, durante la presentación de algunos de los datos que hemos apuntado aquí, declaró que “los poderes públicos deben hacer una apuesta valiente por la industria cultural y por el sector del libro en general. La cultura no es gratis”. Y el escritor Lorenzo Silva demostró hace unos días las facilidades que daba un famoso buscador para descargar libros sin pagar con solo teclear el nombre del autor. Si el Gobierno no sabe o no quiere fomentar la lectura, si las autoridades no están capacitadas para perseguir a los piratas, si los editores están desesperados y los libreros asustados y los escritores indignados, ¿qué pueden hacer los lectores? La respuesta es sencilla, y consiste en seguir haciendo lo que están haciendo ahora: leer. Porque si tú lees...

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