Músicos, escritores y todo a la vez

29 / 01 / 2015 Daniel Jiménez y Pedro García Campos
  • Valoración
  • Actualmente 3.5 de 5 Estrellas.
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
  • Tu valoración
  • Actualmente 3.5 de 5 Estrellas.
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
¡Gracias!

Las mesas de novedades literarias están repletas de biografías escritas por músicos o inspiradas en ellos. ¿De dónde sale esta mezcla de oficios? ¿Quién la impulsa?

La música está por todas partes. Como hilo musical en la sala de espera del dentista y en los grandes almacenes, formando parte de un anuncio más o menos risible que pone letra a una melodía conocida por todos o saliendo de un smartphone a todo volumen porque su dueño ya ni se molesta en ponerse unos auriculares. Los cantantes de moda, a pesar de las estadísticas a la baja, siguen agotando sus nuevos discos, y lo mismo ocurre con las ediciones conmemorativas de nuestros artistas más reputados, como Serrat, Mecano o Víctor Manuel. Quizá la fama desmedida de algunos de ellos, los nacionales pero sobre todo los extranjeros –Bowie, Neil Young, Metallica, Pussy Riot...–, explique por qué tantos sellos se han lanzado a editar biografías escritas por músicos o basadas en sus vidas, así como libros sobre estilos, discos o tendencias musicales. Por paradójico que resulte, la música ha acudido al rescate de las editoriales.

Julián Viñuales fue uno de los primeros editores que se dio cuenta del vacío editorial que existía en nuestro país sobre el fenómeno de la música popular en sus diferentes vertientes. Hace casi diez años que fundó la editorial Global Rhythm poblando un territorio que antes estaba yermo, y desde el principio la acogida fue entusiasta. Ahora, eso sí, “hay muchos más sellos probando suerte en ese mercado, un síntoma de la buena salud de la que gozan estos accesos de pornografía confesional”, se ríe. Viñuales se ha reconvertido en editor de Malpaso, una editorial que con solo 13 meses de vida ha logrado reavivar el interés por este tipo de publicaciones gracias a novedades como La verdadera historia de Frank Zappa, la autobiografía de Johnny Ramone, Comando, o las memorias de Pete Townshend, líder de los británicos The Who. Del mismo modo, editoriales grandes y pequeñas, como Random House Mondadori, Capitán Swing o Errata Naturae, se han sumado a esta nueva tendencia editorial. ¿A qué se debe? ¿Se trata de una coincidencia? ¿Es una oportunidad de mercado? ¿O estamos ante una apuesta para satisfacer una demanda pujante de los lectores?

Para Viñuales se debe “al creciente voyeurismo que se propaga cual virus entre las huestes de curiosos y practicantes de otras formas de fanatismo y coleccionismo”. Con un matiz: “La biografía no había suscitado interés por estas latitudes y eso, unido al impúdico interés que parece haber desatado la televisión con sus más abyectas propuestas, nos ayuda hasta extremos insospechados”.

El cantante y compositor asturiano Nacho Vegas, reconocido por el lirismo y la narratividad que impregnan sus canciones, hace hincapié en la buena salud de la oferta editorial: “La música popular grabada tiene apenas un siglo, y los ensayos sobre ella son relativamente recientes. En España han surgido editoriales que se ocupan en particular del tema y lo hacen poniendo mucho esmero en las ediciones, como Contra. Antes –lamenta– eran frecuentes las malas traducciones y las ediciones exclusi-vamente de bolsillo cuando se trataba de música”.

Cara B.

Para Vegas, con nuevo disco en el mercado y la mente en una futura colección de relatos y poemas, no se trata solo de sana –o insana– curiosidad, morbo o fanatismo. “También, por fortuna, crece el interés por hablar de la música desde una perspectiva social, y eso ha propiciado que una editorial como Capitán Swing, dedicada al ensayo sociopolítico, haya publicado libros como Indies, hipsters y gafapastas, que yo he tenido el honor de prologar y que ha causado tanto revuelo. O que en la colección Cara B de Lengua de Trapo se hable de algunos discos desde una perspectiva inédita sin eludir el contexto social y político en el que fueron creados”, señala con la diligencia de un analista.

Precisamente la editorial Lengua de Trapo ha vivido una segunda juventud gracias a su apuesta por los pentagramas. Desde 2011 han editado una decena de libros sobre la gestación de varios discos claves en la música pop española. Las ediciones sobre Mecano, Bunbury, Enrique Morente o Los Planetas han reflotado una editorial que estaba al borde del colapso. El último en llegar a las librerías ha sido el libro sobre Andrés Calamaro y el proceso de su disco Honestidad brutal, escrito por Darío Manrique y que ha recibido una buena acogida por parte de crítica y público, lo que se traduce en una buena cifra de ventas.

La evolución natural.

Óscar García, que mantiene la librería Cervantes y Compañía en pleno corazón de Malasaña, se muestra cauto: “La parte más importante de las ventas siempre es la narrativa, seguida por el ensayo. Los libros de temática musical demuestran que es un género en expansión, como parece lógico dado que el nivel cultural del país ha ido creciendo paulatinamente. Es una evolución natural y cada vez más librerías darán mayor importancia a esta sección, como es habitual desde hace muchos años en las librerías de otros países de nuestro entorno”.

En Cervantes y Compañía predican con el ejemplo. Nada más entrar, un mueble que llega hasta el techo muestra todos los títulos nombrados en este reportaje y muchos más. A las citadas editoriales se unen otras: en el expositor se codean libros escritos por artistas reconocidos mundialmente como Keith Richards –guitarrista de Rolling Stones– o Steven Tyler –frontman de Aerosmith– con libros sobre el DJ y productor español Sideral, biografías sobre Camarón y ensayos sobre la historia del flamenco, el jazz o el blues. García añade una explicación más: “Creo que hasta ahora, y de una manera un tanto elitista por parte de algunos sectores de la crítica, se minusvaloraba esta parte de la cultura relegándola a algo parecido a una subcultura de lo popular, cuando hoy día es innegable su influencia social en diferentes aspectos y en otras artes consideradas mayores”.

El escritor estadounidense Nickolas Butler ha revolucionado el mercado indie con su novela Canciones de amor a quemarropa. La edición española, publicada por Libros del Asteroide, se coló un par de semanas en las listas de los libros más vendidos. Aparte de por su calidad literaria, muchos lectores reconocen haberse acercado a la novela porque uno de los protagonistas está basado en Justin Vernon, amigo del escritor desde la infancia y líder del grupo Bon Iver, una banda que acumula elogios en todo el planeta con su pop introspectivo de raíces folk. “Tanto la música que hace Justin como su éxito y su espíritu son una inspiración para mí”, explica a Tiempo. Pero Butler no ha escrito una biografía al uso. Su intención era escribir un libro de ficción “sobre el poder de la música donde hubiera varios niveles sensoriales para que el lector escuchara cómo suena un bar en Wisconsin, cómo suena el invierno...”. A pesar de las distancias, reconoce que muchos lectores han creado “sus propios mitos y mitologías en torno al libro y al personaje”, lo que le hace sentir “un tanto incómodo porque involucran a personas reales”. Según Butler, “la gente tiene dificultades para separar sus emociones de lo que ocurre en una obra de ficción”. Ahora bien, “lo que no tiene discusión es la hibridación cultural, la influencia recíproca entre diferentes disciplinas y artistas” a la hora de crear: “Somos afortunados por vivir en una época donde la música, el arte y la información son más accesibles y el trabajo creativo es multi-dimensional”.

El maridaje.

Llegamos a un punto crucial: la interrelación entre las diferentes disciplinas creativas, en este caso entre la escritura de una novela y la escritura de una canción. En otras palabras: el maridaje. ¿Es posible que ambas realidades se complementen? ¿Son los escritores de canciones novelistas en potencia y viceversa? ¿Son todos los artistas poetas? Nacho Vegas, quien reconoce que no se atreve con la novela “de momento”, lo tiene claro: “En la música popular los factores que hacen que las palabras cobren vida son la armonía, el ritmo y la interpretación. Y aunque se trate de una gran canción, sin estos elementos nos encontramos la mayor parte de las veces con textos sin ningún valor poético. En el caso de canciones más narrativas, como romances o lo que en el mundo anglosajón conocen como ballads, los propios límites de la canción imponen un estilo elíptico, muy sintético, que lo diferencia de los escritores de relatos”. ¿Cómo explicar entonces que Bob Dylan haya sido propuesto una docena de veces para el premio Nobel de Literatura sin haber escrito ninguna obra de ficción? “No cabe duda de que se comparte una materia prima fundamental, la palabra, a la que en ambos casos se la dota de ritmo. Así que sí, es natural que sean géneros que se retroalimentan y que uno inspire al otro, y esto ocurre en las dos direcciones y en prácticamente cada generación”. En el caso de Butler, escritor de guiones y aficionado a la música, la reciprocidad no es tan necesaria. “Jamás he querido ni querré formar una banda de rock. Uno tiene que ser honesto con el arte que es capaz de hacer”.

Tu vida no eres solo tú.

Y los lectores... ¿Somos igual de omnívoros que los artistas que admiramos, a quienes seguimos de gira y a quienes leemos con voracidad? “En Malpaso –según matiza Viñuales, su editor– queremos creer que [este tipo de lector] proviene de familias de lectores que, no pocas veces, compaginan su interés por la ficción y el ensayo con otras formas de lectura más placentera y liviana, y que tal vez hunde sus raíces en el deseo por querer saber más sobre la vida y milagros de sus ídolos”. Para Óscar García, desde su doble experiencia como lector del “género” y librero en Cervantes y Compañía, “es complicado etiquetar y encasillar gustos e intereses porque los seres humanos somos poliédricos y curiosos, e imagino que habrá tantos motivos como lectores; al fin y cabo –admite– algunos de estos personajes marcaron una época y su influencia fue enorme”.

¿Cómo saber quién o qué expresa mejor la vida? ¿La novela de un escritor o la canción de un músico? ¿O la novela de un escritor sobre un músico que escribe canciones? Nacho Vegas advierte: “Tu vida no eres solo tú y las cosas que se te ocurren, es todo lo que ocurre dentro y fuera de ella”.

Grupo Zeta Nexica