Los Oscar del cambio

24 / 02 / 2016 Antonio Díaz
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TIEMPO resume las claves de la próxima ceremonia de entrega de los Oscar, marcada por la llamada al boicot de los artistas afroamericanos, que exigen una mayor representación.

El próximo 28 de febrero se celebra la 88ª edición de los premios de la Academia de Hollywood, la ceremonia de la industria cinematográfica más potente del mundo, que es además un escaparate social y cultural de Estados Unidos para el resto del planeta. La atención que genera sobrepasa las fronteras estadounidenses y alimenta, al mismo tiempo, debates que superan lo estrictamente artístico. Por segundo año consecutivo la polémica ha surgido el mismo día en el que se anunciaron las nominaciones: a pesar de las protestas suscitadas en la pasada edición, de nuevo no hay ningún intérprete negro entre los veinte actores candidatos a las categorías de protagonista y de reparto, tanto masculinas como femeninas. Tampoco hay ningún representante afroamericano en las candidaturas a los premios de dirección, guion adaptado u original. La falta de diversidad racial ha generado todo un movimiento de protesta en las redes sociales al que pronto se han unido numerosas personalidades afroamericanas del mundo del espectáculo. La reacción más contundente la ha encabezado el cineasta Spike Lee –galardonado con el Oscar honorífico el pasado mes de noviembre y, como tal, invitado de honor en la próxima gala– que ha sido el primero en anunciar que no asistirá a la noche de los Oscar. Y así ha comenzado una llamada al boicot, respaldada por otros artistas como el matrimonio de actores formado por Will Smith y Jada Pinkett o el rapero 50 Cents.

La Academia de Hollywood ha tratado de frenar el boicot anunciando una “serie de medidas sustanciales” con el objetivo de “duplicar el número de mujeres y de representantes de las minorías étnicas” entre los miembros con derecho a voto en los próximos cuatro años. La presidenta de la Academia, la también afroamericana Cheryl Boone Isaacs, ha declarado que la organización que dirige “está dispuesta a encabezar un cambio que debería haber surgido desde la propia industria cinematográfica”. Los únicos datos que se conocen de la distribución de los integrantes de la Academia emanan de una información publicada en 2012 en el diario Los Angeles Times, en la que se desglosaban los datos estadísticos de los aproximadamente 6.000 miembros con los que cuenta la institución (que nunca ha revelado el número exacto de personas que la forman): un 94% de los académicos son blancos; un 77%, hombres; y un 86% supera los 50 años.

Hasta el momento, la única maniobra de cambio que había ejecutado la Academia había sido la elección del cómico afroamericano Chris Rock como presentador de la ceremonia, algo que el propio actor había anunciado con sorna de la siguiente forma: “Seré el maestro de ceremonias de los BET [premios del espectáculo y el deporte afroamericanos] para blancos”. Sin embargo, los partidarios del boicot le exigen que renuncie a su contrato y no participe en una gala que no representa la diversidad del país. Rock no se ha pronunciado por el momento, pero todo parece indicar que seguirá las instrucciones de su colega y amigo Ricky Gervais, cómico británico que no se ha mordido la lengua en ninguna de las tres ocasiones que ha presentado los Globos de oro: “Si yo fuera Chris, no me lo pensaría dos veces: es en directo, lo ve mucha gente y puedes hacer mucho daño”.

Duelo en la cumbre

Los favoritos al premio al mejor director, teóricamente, son los dos cineastas que ya cuentan con estatuilla, el mexicano Alejandro González Iñárritu y el australiano George Miller (que consiguió el premio a la mejor película de animación en 2007 por Happy Feet). Pero la competición por el premio a la mejor dirección es la más ecléctica y la más abierta de los últimos años. Sus tres contrincantes son también veteranos, aunque nunca antes habían recibido una nominación en esta categoría. El irlandés Lenny Abrahamson (La habitación) demuestra que es posible hacer gran cine con pocos recursos. Adam McKay ha logrado dar un giro a su carrera sin traicionarse a sí mismo, pasando de las comedias descerebradas como El reportero: la leyenda de Ron Burgundy (2004) a la brillante reconstrucción tragicómica de la crisis estadounidense de La gran apuesta. Tom McCarthy (Spotlight) es un conocido actor secundario que desde 2003 ha levantado una curiosa carrera autorial como director y guionista de filmes como Vías cruzadas, Win Win o The Visitor, películas de bajo presupuesto, espíritu independiente y reconocible sello personal al margen de los grandes estudios.

Tocar la gloria

Desde 1959 el italiano Ennio Morricone ha compuesto más de 500 partituras para películas, series y telefilmes. Suyas son algunas de las bandas sonoras más célebres de la historia del cine, desde la de la Trilogía del dólar de Sergio Leone a las de las películas por las que ha recibido hasta cinco nominaciones, Días de cielo (1978), La misión (1986), Los intocables (1987), Bugsy (1991) o Malena (2000), aunque el único Oscar de su carrera ha sido el honorífico que le otorgó la Academia en 2007. Quentin Tarantino llevaba años tratando de convencer al maestro para que le compusiera una banda sonora original para una película suya. Y aunque su relación no siempre ha sido cordial –“Tarantino mete la música sin ton ni son”, dijo hace dos años Morricone–, el italiano finalmente ha cedido a escribirle la música para el western de cámara del de Tennessee, Los odiosos ocho. Parte como favorito –ha vencido en los Globos de oro y en otros premios sindicales estadounidenses–, pero compite con dos veteranos como el cinco veces ganador del Oscar John Williams o el tres veces vencedor del Globo de oro Thomas Newman.

Ellas

En una entrevista reciente con la revista The Atlantic, la cineasta afroamericana Ava DuVernay –directora de la película Selma, la gran olvidada de los premios de la pasada edición– señalaba que “diversidad” es un término aséptico que va más allá de “incluir personas diferentes”, que lo que realmente “no entiende la Academia de Hollywood es la necesidad de integrar las múltiples visiones del mundo” que componen el imaginario de Estados Unidos. Eso se manifiesta en la ausencia de artistas negros, pero también hace referencia a la escasez de artistas femeninas en las candidaturas a los premios principales –dirección, guion, fotografía–.

El mayor reconocimiento femenino lo constituyen los premios a las actrices. En esta 88ª edición de los Oscar, el premio a la mejor protagonista parece un duelo a dos entre la dos veces galardonada Cate Blanchett (El aviador y Blue Jasmine), por su papel en Carol, y la joven Brie Larson, la víctima de la película La habitación. En el apartado de actrices de reparto, la competición está un poco más abierta: Jennifer Jason Leigh (Los odiosos ocho), Kate Winslet (Steve Jobs) y Rooney Mara (Carol) se han repartido los premios sindicales estadounidenses celebrados hasta la fecha.

El suspense

Aparte del boicot y la expectación por el monólogo inicial del presentador Chris Rock, el gran momento de la noche será la entrega del premio al mejor actor protagonista. Casi al final de la noche todas las cámaras estarán enfocando a Leonardo DiCaprio, que en su quinta nominación se encuentra mejor posicionado que nunca para llevarse el premio. Ninguno de sus rivales –Michael Fassbender, Matt Damon, Bryan Cranston o el ganador del año pasado, Eddie Redmayne– ha sido galardonado durante la temporada de premios comenzada a principios del mes de enero. La categoría de interpretación masculina de reparto está mucho más igualada. Sylvester Stallone se alzó con el Globo de oro al mejor actor no protagonista en Creed, una película surgida del canon de la saga Rocky que él mismo creó –y por la que estuvo nominado a mejor actor y mejor guionista en 1977–, sin embargo, sus contrincantes en el ring son los secundarios de cuatro de los mejores filmes del año: el ya galardonado con un Oscar Christian Bale (La gran apuesta), el tres veces nominado Mark Ruffalo (Spotlight), el reconocido actor teatral británico Mark Rylance (El puente de los espías) y el portento físico e interpretati-
 vo Tom Hardy, espléndido como antagonista en
 El renacido.

El otro mejor cine del año

Este año entre las candidatas a la mejor película de habla no inglesa solo hay una en lengua española, la colombiana El abrazo de la serpiente, de Ciro Guerra. No obstante, en esa categoría las favoritas en todas las apuestas son la húngara El hijo de Saúl, la espléndida ópera prima de Laszlo Nemez, una nueva aproximación al Holocausto rodada casi íntegramente en primeros planos, y Mustang, película francesa de la directora turca Deniz Gamze Ergüven, que ha ganado el premio a la mejor película extranjera en los recientes premios Goya. En el apartado de animación, Pixar puede llevarse su Oscar número veintisiete con Del revés, una original mirada al mundo del pensamiento y las emociones infantiles planteada desde una compleja y divertida perspectiva psicoanalítica. La única película que podría hacerle sombra en la noche del 28 de febrero es la propuesta de animación adulta firmada por el guionista y director Charlie Kaufman, Anomalisa, financiada a través de una plataforma de crowdfunding y aplaudida en el último festival de Venecia.

La cuota española

El diseñador de vestuario canario Paco Delgado ha sido dos veces candidato a un Goya por Balada triste de trompeta (2010) y La piel que habito (2011) y se ha llevado el premio en dos ocasiones, por Blancanieves (2012) y Las brujas de Zugarramurdi (2013). Ha trabajado también con Alejandro González Iñárritu en Biutiful (2010) y se ha convertido en el diseñador de cabecera del británico Tom Hooper, que le eligió para la adaptación cinematográfica del musical Les miserables (2012), trabajo por el que recibió su primera nominación al Oscar. De nuevo a las órdenes de Hooper ha diseñado todo el armario del filme La chica danesa, por la que aspira otra vez al premio. Competirá con tres veteranas del sector: la inglesa Sandy Powell (ganadora de tres Oscar por Shakespeare in Love, El aviador y La reina Victoria), que compite por partida doble por Carol y Cenicienta, su compatriota Jenny Beaver (ganadora del premio por Una habitación con vistas), candidata por el vestuario de Mad Max: furia en la carretera, y la estadounidense Jacqueline West, la diseñadora en la que ha confiado Iñárritu para El renacido. Delgado será el único representante español con posibilidades de llevarse un premio en esta edición. 

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