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Los estrenos de la semana

11 / 09 / 2015 Antonio Díaz
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Reina y patria es la segunda parte de Esperanza y gloria, donde se juntan la comedia, el drama y la autobiografía de John Boorman. M. Night Shyamalan vuelve al terror familiar con la irregular La visita

Reina y patria

Dirección: John Boorman.

Reparto: Callum Turner, Caleb Landry Jones y Pat Shortt.

En 1987 el cineasta británico John Boorman recibió tres nominaciones al Oscar (Guion, Película y Dirección) por Esperanza y gloria, un proyecto semioautobiográfico en el que el cineasta volcó entre la comedia y el drama algunas de sus experiencias de infancia en la Inglaterra asediada por los nazis. Veintisiete años más tarde estrena Reina y patria, una secuela en la que su alter ego, el joven Bill, de ahora 19 años, se prepara para la intervención británica en la guerra de Corea y vive un intenso romance con una joven alumna de la universidad de Oxford. Boorman, director de Deliverance o Excalibur, explota con éxito las posibilidades humorísticas en situaciones generalmente reservadas para el drama o la violencia.  

La visita

Dirección: M. Night Shyamalan.

Reparto: Olivia DeJonge, Ed Oxenbould y Deanna Dunagan.

Después de la desastrosa incursión en el terreno de la ciencia-ficción épica que supuso su último filme, After Earth -que al mismo tiempo había seguido a otro sonadísimo batacazo en el mercado de cine familiar de aventuras, The last airbender-, M. Night Shyamalan intenta recuperar el favor del público con una historia que se ajusta mucho mejor a sus habilidades narrativas y que, en realidad, corresponde con coherencia a su universo narrativo. Rebeca y su hermano Tyler son enviados a casa de unos abuelos que jamás han conocido para pasar una semana de vacaciones. Pero en esta remota granja, los ancianos Nana y Pop Pop tienen extrañas costumbres y siguen a rajatabla una serie de estrictas reglas.

Shyamalan juega con mucha agilidad la baza del mockumentary -falso documental- para aligerar el tono y como contrapunto humorístico. No siempre funciona, pero es decididamente una apuesta arriesgada que define su personalidad de autor y aunque quizá no es, en conjunto, su película más lograda, debería redimirle ante ciertos sectores de la crítica y el público.  

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