Los españoles de Londres

05 / 06 / 2006 0:00 Pepa Rebollo
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Son emigrantes vips. Desembarcaron en la capital inglesa para dirigir sus museos, editar revistas rompedoras o liderar su mejor ballet.

Ni el largo invierno, ni las escasas horas de luz y la desesperante lluvia consiguen privar a la capital londinense de una atmósfera cálida y cosmopolita en la que conviven ciudadanos de todos los rincones del planeta. De sus siete millones de habitantes, 60.000 son españoles, algunos de ellos, emigrantes vips que copan cargos de responsabilidad dentro de sus instituciones culturales.

Desde hace tres años, un valenciano dirige la prestigiosa Tate Modern Gallery, uno de los museos de arte moderno más visitados del mundo. Discutido y polémico por lo arriesgado de sus propuestas artísticas, Vicente Todo ha hecho que la Tate Modern revolucione la vida cultural de la capital del Támesis.Asegura que “en los últimos veinte años Londres ha pasado a ser una gran metrópoli. París y Londres eran muy diferentes a como son ahora. Cambian porque cambia la gente que las habita. Lógicamente, creo que las ciudades más activas son aquellas que acogen a gente de fuera”. El galerista valenciano no es el único que se codea de tú a tú con la cima del mundo del arte. Lady Foster, una dama de la aristocracia británica nacida en Orense, donde aún es más conocida como Elena Ochoa, no le va a la zaga.

La doctora Ochoa se casó en 1996 con el arquitecto sir Norman Foster, un número uno mundial, con quien comparte un penthouse a orillas del Támesis construido en cristal y acero, y cuyo salón tiene mil metros cuadrados.Tantos que se desplazan por él en bicicleta. Desde su oficina en el mismo edificio, Elena Foster dirige la exclusiva editorial Ivory Press que publica los libros de arte más exquisitos del mundo. Su aventura más reciente es C Photo Magazine, una revista que ya es objeto de culto entre los aficionados a la fotografía.

A lady Foster no le costó demasiado acostumbrarse a vivir en un nuevo país, porque “uno está bien allí donde se siente bien”. Comodidades no le faltan: disfruta del jet que pilota su marido para saltar al Continente y de un prestigio social tal vez sólo superado por la fortuna acumulada por su marido.

Cuando sir y lady Foster acuden al ballet aplauden a otra española, Tamara Rojo, primera bailarina del Royal Ballet del Covent Garden. Nacida en Montreal aunque criada en Madrid, ha saltado de puntillas por los escenarios más selectivos del mundo. Se queda con Londres, “la más cosmopolita de las ciudades europeas que conozco.También es la capital del arte escénico, ofrece toda la gama de espectáculos teatrales y de danza imaginables, con su sello particular que es la calidad”.

Patear la ciudad.

Cuando se quita las zapatillas en su camerino del Royal Ballet le gusta pasear por el Soho y “observar a la gente, visito la National Gallery, la Tate o las exposiciones en la Royal Academy of Arts”. Si alguien conoce bien la misteriosa bruma de la ciudad de Sherlock Holmes es ella. Desde hace un década vive en la misma calle que el afamado detective, Baker Street.

Algunos han emigrado a Londres por motivos laborales; otros, en busca de un núcleo cultural donde se cocinan las vanguardias. Pero todos tienen un punto de encuentro, el Instituto Cervantes, sobre todo desde que hace un año ocupó la dirección el novelista Juan Pedro Aparicio, que ha encontrado un Londres ligeramente distinto al que conoció durante el franquismo, en su época de estudiante.

“Yo tengo con esta ciudad una vinculación sentimental.Vine siendo casi un crío, me supuso una enseñanza enorme en muchas cosas de las que carecía en aquella España en la que yo me formé, un poco primitiva. Respirar aquí ese otro aire, ver el tipo de relaciones que mantenían los ingleses entre sí, las hormas de su democracia... eso a mí me hizo cambiar, me hizo mejorar. Mi vínculo con la ciudad es de agradecimiento por todo eso”, cuenta el novelista, premio Setenil 2005 al mejor libro de relatos publicado en el año por La vida en blanco y que próximamente publicará en España el libro de microrrelatos La mitad del diablo.

Frente a la chimenea de su despacho, en un palacete ubicado en el selecto barrio de Belgravia, Aparicio analiza el salto que ha dado España, capaz de nivelarse en muchos aspectos con el Reino Unido e, incluso, superarlo. Los transportes de Madrid o los servicios médicos básicos aventajan a los londinenses. “Esta ciudad ha sufrido un deterioro, aunque en realidad sigue siendo aquella gran metrópoli en la que oyes los latidos del mundo mucho más cerca que en Madrid”.

Público heterogéneo.

Al salón de actos del Cervantes acude un público heterogéneo. Allí se han sentado futbolistas como José Antonio Reyes y Cesc Fábregas, dos de los mejores jugadores del Arsenal, o Mario Vargas Llosa, miembro de la Real Academia Española de la Lengua, que prefiere el anonimato que le procura Londres “para cumplir con la puntual tarea de escribir”.

No todos los españoles residentes en Londres gozan de tanta proyección en su propio país como estos nombres. Algunos son más conocidos fuera, como el arquitecto Alejandro Zaera Polo, autor del proyecto de la Villa Olímpica en la que Londres celebrará los Juegos de 2012.

Este madrileño de 42 años se ríe al comentar que “nadie es profeta en su tierra. En nuestro caso, el nombre del estudio que tenemos aquí, Foreign Office Architects (Oficina de Arquitectos Extranjeros), juega con esta idea en un tono un poco irónico. Lo que sí creo es que, cuando tienes que trabajar en un lugar que no es en el que has nacido, eres capaz de ver cosas que los de allí no ven, porque tu mente no está hecha a las rutinas”.

Hindúes, paquistaníes, surafricanos, mujeres con burka, conviven en las calles y superan en número a los nativos británicos.“ Su tremenda mezcla cultural es lo más interesante”, explica Zaera. Otro español que lleva tiempo pisando fuerte en Londres es Manolo Blahnik. El zapatero canario abrió su primera tienda en Chelsea en 1973, y desde entonces han calzado sus manolos desde Lady Di hasta Victoria Beckham. Son 70.000 pares al año a un precio mínimo de 500 euros, ochenta modelos por colección... Un par de cada modelo acaba en su mansión de Bath.

¿Habrá comprado Inés Sastre algún par de manolos en la tienda de Chelsea? La modelo y actriz, amiga íntima del matrimonio formado por Kiryl de Bulgaria y la española Rosario Nadal, también reside, como ellos, en la capital londinense. Aunque Inés pasa temporadas fuera, asegura que “aquí me siento como en casa, me encanta Londres”. Los tres se ven con la ex modelo Celia Forner, que dejó las pasarelas para abrir una joyería. Un grupo que también frecuenta José María Cano, vecino de Londres desde que se rompió Mecano.

Todos han conseguido hacerse más londinenses, al tiempo que Londres se va haciendo más español. El Instituto Cervantes es la puerta de acceso a esa realidad para multitud de ciudadanos que quieren hablar español. Porque España triunfa en la capital cultural de Europa.

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