Estrenos de la semana

En tercera persona.

Dirección: Paul Haggis.

Reparto: Liam Neeson, Adrien Brody, Mila Kunis y Olivia Wilde.

Antes de coronarse con dos Oscar -Mejor película y Mejor guion original- por su segundo filme como director, Crash (2004), Paul Haggis se había forjado como guionista de televisión primero y de cine después (suyos son algunos de los mejores textos sobre los que ha trabajado Clint Eastwood). Conoce, por tanto, el oficio del escritor y sabe manejar sus herramientas, que serían las recurrencias temáticas o las obsesiones subtextuales que abundan en la producción de cualquier buen novelista. Liam Neeson interpreta a un autor ganador de un Pulitzer sumergido en una crisis personal y artística, incapaz de concebir un nuevo libro a la altura de lo que de él se espera. Haggis, especialista en el cruce de historias, entrevera a la de Neeson las vivencias de varios personajes en París, Roma y Nueva York y juega conscientemente con la confusión, pero sin hacer trampas, para levantar un auténtico desafío intelectual al espectador que concluye en manera magistral.

Maps to the stars.

Dirección: David Cronenberg.

Reparto: Mia Wasikowska, Julianne Moore, John Cusack y Robert Pattinson.

Los entresijos de Hollywood han sido en muchas ocasiones objeto de ficciones que retrataban su secreta vulgaridad, o bien daban pie a sátiras amargas o incluso graves ensayos sobre el comportamiento humano. En Maps to the stars David Cronenberg juega con todos esos puntos de vista al mismo tiempo y de alguna manera muy extraña, sale bien parado.

Todos los personajes del filme esconden algo y esa es una de las cosas más peculiares y, por tanto, diferenciadoras del trabajo de Cronenberg y el guionista Bruce Wagner. Aunque los temas de incesto, pecados del pasado o narcisismo propio de los artistas son familiares y predecibles, el desarrollo narrativo demuestra que la película está iluminando materias de profundo calado moral. Y está, también, Julianne Moore en una de sus mejores interpretaciones interpretando el rol catalizador del desenlace y de faro que guía al espectador.

Maps to the stars pierde cierto fuelle hacia el final, de modo que la resolución parece una tragedia griega venida a menos, pero nunca deja de respirarse el dulce aroma de la decandencia y mantiene en todo momento una atmósfera de triste belleza.