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Estrenos de la semana

29 / 05 / 2015 Antonio Díaz
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El sueco Roy Andersson ganó el León de Oro en el último festival de Venecia. David Robert Mitchell dirige It follows, un filme de terror con aroma clásico. 

Una paloma se posó en una rama a reflexionar sobre la existencia

Dirección: Roy Andersson.

Reparto: Holger Andersson, Nils Westblom, Viktor Gyllenberg y Lotti Törnros.

El hilo conductor de Una paloma se posó en una rama a reflexionar sobre su existencia lo protagonizan dos vendedores ambulantes de artículos de broma -los clásicos colmillos de vampiro, el saco de la risa y la máscara del tío desdentado-, alrededor de los cuales desfilan una infinidad de personajes que se enfrentan a la vida con tedioso estoicismo. Cada escena es un encuadre fijo, fotografiado como una composición pictórica, y todas ellas ahondan en la hipocresía y la desesperación humanas con ácido humor absurdo. El veterano cineasta sueco Roy Andersson, de 73 años, cierra con ésta, su obra maestra (y ganadora del León de Oro en Venecia), una imprescindible trilogía que complean Canciones del segundo piso (2000) y You, the living (2007).    

It follows

Dirección: David Robert Mitchell

Reparto: Keir Gilchrist, Maika Monroe, Lili Sepe y Jake Weary.

El plano secuencia inicial de It follows, el segundo filme de David Robert Mitchell, que debutó con The Myth of American Sleepover, tiene ecos evidentes de Halloween de John Carpenter. Y no solo por la técnica utilizada para condensar en una sola toma un prólogo, sino por la eficacia y la audacia de la puesta en escena durante todo el filme. Si no fuera porque hay aparatos electrónicos que dan entender que la historia se desarrolla en nuestro tiempo, el filme podría parecer que ambienta una época entre finales de la década de los setenta y principios de los ochenta. Mitchell recupera toda una tradición del género de terror que tristemente ha desaparecido de las multisalas comerciales, esa vieja escuela que no necesita cronometrar los sustos para mantener atento al espectador, sino que crea una atmósfera turbia para que el horror penetre de una manera más profunda.    

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