Estrenos de la semana

El autor

Dirección: Manuel Martín Cuenca

Reparto: Javier Fernández, Antonio de la Torre y María León

En La educación sentimental, una de las novelas de mayor carga autobiográfica de toda la producción literaria de Gustave Flaubert, el autor francés ponía en boca de su protagonista Frédéric Moreau unas palabras que han acabado convirtiéndose en aforismo: “Nos refugiamos en la mediocridad por la desesperación de la belleza que soñamos”. La sombra de Flaubert es alargada en el filme El autor, de Manuel Martín Cuenca, adaptación de la novela corta El móvil, de Javier Cercas. El protagonista, Álvaro, empleado de una notaría sevillana, fantasea con la trascendencia: escribir literatura en mayúsculas y dejar atrás esa vida de burócrata frustrado. Pero en todo lo que escribe es incapaz de decantar su propia alma: es todo impostado, fingido, hueco y, lo peor de todo, exento de drama. Álvaro entonces se disfraza de Flaubert y desencadena, entre otras cosas, a una Madame Bovary en su propio patio de vecinos. Es difícil distinguir un genio de un necio o de un fanático cuando persiguen un sueño, parece decir con finísima ironía Martín Cuenca (Goya al mejor director por Caníbal) en su nueva película, premiada por la crítica en el Festival de Toronto.

Jupiter’s moon

Dirección: Kornel Mundruczó

Reparto: Zsombor Jéger, Merab Ninidze y György Cserhalmi

En 2014 el cineasta húngaro Kornel Mundruczó se alzó con el premio Un Certain Regard con White God, una estupenda fábula en la que una manada de perros apaleados organizaban una revolución y tomaban Budapest. El éxito de crítica y público de aquel filme le otorgaron la confianza y la financiación para abordar un nuevo proyecto más ambicioso en términos productivos: Jupiter’s moon. Mundruczó ha envuelto de ciencia-ficción un drama de profundo calado social y rigurosa (y trágica) actualidad: la odisea de los refugiados sirios en su larga huida del infierno de la guerra. El protagonista, Aryan, resulta herido por las autoridades húngaras cuando trata de atravesar la frontera del país. Los disparos, sin embargo, le otorgan el don de volar, pero cuando se percata de su nueva habilidad, ya ha sido recluido en un centro para inmigrantes. Allí conoce a Stern, un médico alcohólico que en cuanto descubre el superpoder de su paciente trata de usarlo en su favor para escapar de esa vida mísera y hacerse una fortuna en el proceso. Pero en medio, claro, aparecerá la pesada mano del Estado húngaro, representado por el temible Laszlo.

Jupiter’s moon está llena de ideas, increíblemente sugestivas, aunque no todas terminan de cuajar en un discurso lineal. Hay tres hilos definidos: la mercantilización política de los refugiados, la deriva autoritaria del gobierno húngaro y el vacío de entendimiento entre una generación de adultos y la inmediatamente precedente (la de los padres de esos adultos). Todas ellas muy interesantes por sí solas, pero activadas en conjunto interfieren en la fluidez del funcionamiento del mecanismo narrativ. El virtuosismo visual de Mundruczó, sin embargo, permite que el conjunto resulte evocador, accesible a pesar de su complejidad. No es un filme perfecto, pero merece la pena premiar la ambición de un autor tan original y comprometido.