El legado de Salinger

24 / 08 / 2016 Antonio Díaz
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El autor de El guardián entre el centeno ordenó que sus obras inéditas se publicaran entre 2016 y 2020. 

 El pasado 16 de julio se cumplieron 65 años de la publicación de la primera edición de El guardián entre el centeno, la novela de iniciación estadounidense por antonomasia y una de las obras más representativas de la literatura del siglo XX de aquel país. El relato en primera persona del atribulado adolescente Holden Caulfield sigue tan vigente ahora como entonces. Tanto, que la editorial que posee los derechos de publicación del texto en España, Edhasa, prepara una nueva traducción para actualizar la última, de 2002, que ya lleva catorce reimpresiones. Porque el discurso de Holden, sincero, provocador y directo, resulta siempre fresco e inesperado.

Su autor, Jerome David Salinger (1919-2010) lo escribió con 32 años, poco después de haber vuelto del frente europeo durante la Segunda Guerra Mundial. Sobre un relato precedente titulado Slight Rebellion off Madison, Salinger construyó la odisea solitaria de Caulfield, que recién expulsado del enésimo internado, trata de dilatar el momento en el que deberá afrontar la temida regañina de sus padres. Según estimaciones de The Washington Post, desde el año de su publicación se han vendido más de 60 millones de copias en todo el mundo. Sin embargo, los textos que Salinger escribió después, recopilaciones de relatos para The New Yorker o antologías de textos de ficción sobre la familia Glass, no tuvieron tanto éxito. En 1963, después de que saliera a la luz su último texto publicado, Levantad, carpinteros, la viga del tejado, Salinger se recluyó en una casa en Cornish (New Hampshire), quizá superado por la popularidad de un texto de juventud que ya no le representaba como autor, y allí vivió durante 43 años.

En una de las escasas entrevistas que concedió en su vida, publicada por The New York Times en 1974, el escritor estadounidense confesaba que encontraba una “gran paz en el hecho de no publicar” porque, en su opinión, “publicar es una terrible invasión a mi privacidad, amo escribir, pero escribo solo para mí mismo”. En 2013, tres años después de su muerte, los escritores David Shields y Shane Salerno publicaron la biografía más completa del autor, Salinger, de la que hicieron también un espléndido documental para la televisión pública estadounidense. La tesis de los autores es que el escritor era tan misántropo como el adolescente que había creado. En aquella biografía, además, Shields y Salerno aseguran que el escritor dejó organizado su legado en manos de su tercera esposa y el hijo que tuvo con ella para que se publicaran las obras que había escrito sin publicar, gruesos manuscritos que guardaba en una caja fuerte. Se trataría de dos relatos cortos sobre la familia Glass, un tratado sobre la meditación vedántica y dos novelas ambientadas en la Segunda Guerra Mundial, que deberían ser publicadas de manera escalonada entre 2016 y 2020. Los biógrafos especulaban también con la posibilidad de que hubiera también un texto que alargaba las aventuras de Holden Caulfield.

El guardián entre el centeno tomaba su título de un verso de una canción infantil y representa el tema central de la novela: el deseo de Holden de dedicarse a cuidar de los niños que juegan entre el centeno para evitar que caigan por el precipicio de la madurez. En estos 65 años el libro ha sido malinterpretado –fue el libro que portaba Chapman, el asesino de John Lennon, con la inscripción “De Holden Caulfield para Holden Caulfield: esta es mi declaración”– y ha influido a numerosos escritores: Alessandro Baricco, por ejemplo, ha puesto su nombre a la escuela de escritura creativa que fundó en Turín en 1994.

Pero ha sido sobre todo una lectura elemental para varias generaciones de adolescentes existencialistas –del que Holden es el arquetipo– con la que se han aficionado a la lectura.  

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