El futuro es muy oscuro
En la serie Black Mirror (Netflix) Charlie Brooker conjetura sobre los efectos del avance tecnológico.
En diciembre de 2011 el columnista, presentador y guionista inglés Charlie Brooker (Berkshire, 1971) explicó al diario londinense The Guardian la premisa de su nueva serie, que estaba a punto de emitir la cadena privada británica Channel 4: “Si la tecnología fuera una droga, ¿cuáles serían sus efectos secundarios? Black Mirror se sitúa en esa zona entre el placer y el malestar”. Cinco años más tarde, esta antología de fábulas de ciencia-ficción ha saltado a la plataforma Netflix, que ha comprado todos los derechos de emisión de las dos primeras temporadas y ha producido una tercera, íntegramente disponible para sus suscriptores desde finales del mes de octubre. Y Brooker, que ha acertado en algunas de sus profecías, se ha erigido en una especie de oráculo del devenir.